Graciela Camaño y Felipe Solá volverán a sacarse chispas para la reunión del jueves cuando el bloque de Frente Renovador se reúna y defina sus autoridades. La definición está entre alguno de ellos, si es que Sergio Massa no sorprende con algún tapado. 

La elección presidencial dejó el bloque del Frente Renovador con 25 diputados con la salida de Roberti, la mayoría de ellos nuevos y a la espera de hacerse un lugar en el nuevo Congreso.

Los cordobeses ligados a José Manuel de la Sota tienen una bancada de cinco, pero difícilmente se dejen conducir por Massa.

Menos aún los cuatro puntanos, quienes atraviesan tal vez la crisis de conducción más grande de su historia: Alberto Rodríguez Saá es el gobernador pero el diputado Claudio Poggi está peleado con él y habría hablado con Macri las últimas semanas.

Siempre celoso de sus decisiones, Massa convocó a sus diputados el jueves, pero seguramente antes les hará saber su decisión. O no, porque si algo le gusta es que nadie olvide que manda.

Además de la jefatura de bloque, el Frente Renovador deberá elegir un vicepresidente tercero de la Cámara y por estas horas todos creen que Solá y Camaño se repetirán el botín.

En realidad, el resto sólo sabe que debe ir a la reunión y ver qué pasa, como le pasa cuando llama Massa.

Cerca de Camaño recuerdan que nunca quiso ser jefa de bloque porque su conducción no pasa por un cargo, sino por la “prepotencia de trabajo” en las comisiones y en el recinto.

Solá no le perdona no haberlo acompañado en su campaña a gobernador, cuando denunció que le robaron votos en los telegramas. La fiscalización estaba a cargo de Camaño.

Pero Massa tal vez se la juegue por alguno de los diputados nuevos, como el platense Raúl Pérez, quien tiene experiencia conduciendo bloques.

Presidió Concejo Deliberante de su ciudad y la bancada oficialista durante el primer gobierno de Daniel Scioli. Massa lo tuvo como uno de los puntales de su campaña. Ahora lo tendrá de compañero de banca.